El caso Pinochet confirma que el fascismo lleva cuello blanco, arbola
los derechos humanos, grita democracia, pero no reniega de sus asesinos.
Alega desde el agravio comparativo -otros asesinos de Estado están
libres y gobernando-hasta el humanitarismo -un viejito, enfermo, llora
en un hospital de Londres- y la moral democrática -Chile se va a
desestabilizar sin él-; pasando por la diplomacia y la economía. Algunos
hablan de los crímenes rojos: de que Allende estaba en manos de los
comunistas, y su economía era contraria al país: o sea, del país de
ellos: cuando hay un Frente Popular, o un remedo, qué van a hacer las
personas decentes sino alzarse. ¡1936!
los derechos humanos, grita democracia, pero no reniega de sus asesinos.
Alega desde el agravio comparativo -otros asesinos de Estado están
libres y gobernando-hasta el humanitarismo -un viejito, enfermo, llora
en un hospital de Londres- y la moral democrática -Chile se va a
desestabilizar sin él-; pasando por la diplomacia y la economía. Algunos
hablan de los crímenes rojos: de que Allende estaba en manos de los
comunistas, y su economía era contraria al país: o sea, del país de
ellos: cuando hay un Frente Popular, o un remedo, qué van a hacer las
personas decentes sino alzarse. ¡1936!
En la tertulia nocturna de RNE todos se lanzaron al antifascismo:
pidieron la dimisión de los fiscales Cardenal y Fungairiño, porque les
parecen fascistas sin disimular. Pensé que se estaban adelantando ya a
lo que suponen que va a ser Pío Cabanillas: y aclamaban el centrismo
aznárido: pero los oyentes que entraron cuando se abrió el micrófono
eran de los otros, de los del eufemismo: amantes del derecho y del
imperio de la ley que les parecía violado por los lores. Y por Garzón:
el odio a Garzón, el pasado de Garzón, su numero 2 -tras Felipe- en la
lista del PSOE por Madrid, su conversión en estrella, es otro tema
pinochetista. Si esto lo veo en España, qué vemos en las estampas de
Chile: los gestos de odio hacia la libertad; la gente bien,
manifestándose el favor de su jefe, que libró a Chile del comunismo. Los
militares en junta, los políticos aterrorizados, los partidos
silenciosos, los periódicos atemorizados.
pidieron la dimisión de los fiscales Cardenal y Fungairiño, porque les
parecen fascistas sin disimular. Pensé que se estaban adelantando ya a
lo que suponen que va a ser Pío Cabanillas: y aclamaban el centrismo
aznárido: pero los oyentes que entraron cuando se abrió el micrófono
eran de los otros, de los del eufemismo: amantes del derecho y del
imperio de la ley que les parecía violado por los lores. Y por Garzón:
el odio a Garzón, el pasado de Garzón, su numero 2 -tras Felipe- en la
lista del PSOE por Madrid, su conversión en estrella, es otro tema
pinochetista. Si esto lo veo en España, qué vemos en las estampas de
Chile: los gestos de odio hacia la libertad; la gente bien,
manifestándose el favor de su jefe, que libró a Chile del comunismo. Los
militares en junta, los políticos aterrorizados, los partidos
silenciosos, los periódicos atemorizados.
Si aquí tenemos la seguridad de que el franquismo no va a volver, en
Chile no la tienen de que el militarismo-franquismo de Pinochet no
vuelva en cualquier momento, con sus disparos en la nuca y sus niños
secuestrados, como en Argentina, donde el almirante Massera entra ahora
en la cárcel porque repartía los bebés de sus víctimas. Pero esto son
extremos: ahora no hace falta el fascismo, se representa en pintadas y
aniversarios, porque el fascismo es de despacho, sonrisa y centrismo. El
de Margaret Thatcher, utilizando su influencia pública y privada para
que salven a su amigo, que la ayudó en la guerra de las Malvinas. Que
tampoco fue un episodio democrático, aunque terminó muy bien: hundiendo
a los militares fascistas argentinos. Y aún recuerdo cuando en Buenos
Aires perdonaban a sus asesinos porque habían reconquistado la isla de
los pingüinos.
Chile no la tienen de que el militarismo-franquismo de Pinochet no
vuelva en cualquier momento, con sus disparos en la nuca y sus niños
secuestrados, como en Argentina, donde el almirante Massera entra ahora
en la cárcel porque repartía los bebés de sus víctimas. Pero esto son
extremos: ahora no hace falta el fascismo, se representa en pintadas y
aniversarios, porque el fascismo es de despacho, sonrisa y centrismo. El
de Margaret Thatcher, utilizando su influencia pública y privada para
que salven a su amigo, que la ayudó en la guerra de las Malvinas. Que
tampoco fue un episodio democrático, aunque terminó muy bien: hundiendo
a los militares fascistas argentinos. Y aún recuerdo cuando en Buenos
Aires perdonaban a sus asesinos porque habían reconquistado la isla de
los pingüinos.
Fuente:http://www.nodo50.org/entrerejas/58.htme-los-judios?blog=8
Juan Pablo Ramirez
Electronica de estado solido
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